MS Ps Cristian Pernett
Es posible denominar a esta noción más reciente y generalizada como un ego apócrifo, es decir, inauténtico y falsoque tiene cierta relación con la idea del falso yo propuesta por Donald Winnicott hacia 1965 y que se mantuvo dentro del ámbito psicoanalítico como una creación defensiva del infante a su verdadero yo.
El ego es un ente en eterno conflicto, su existencia se basa en desestabilizar, separar, juzgar y atacar. Nunca se encuentra en paz ni en tranquilidad con lo que le rodea, siempre se encuentra en un estado de continua alerta, deseando controlar todo cuanto pasa por su escrutinio. Y al culpar a los demás y nunca hacerse responsable, se alimenta de tu energía emocional hasta que no puedes saber quien realmente eres… justo ahí se empiezan a manifestar multitud de enfermedades.
El problema es que el ego, o falso yo, que se manifiesta a través de la mente y de sus diferentes expresiones, tales como los pensamientos, las emociones y las sensaciones, llega a ser de tal forma predominante, que olvidamos totalmente nuestro yo verdadero. Y en ese olvidar quién soy, nos extraviamos en el camino hacia nuestra felicidad personal. Y es que solo existe un camino para ti… ¡El tuyo!
¿Cómo le quitamos poder al ego?
Liberarse de la necesidad de ser el mejor.
Dejar de sentirse ofendido.
Olvidarse de tener la razón.
No girar en torno a los logros.
En conclusión
Liberarnos del ego implica dejar de buscar afuera la razón de lo que no nos gusta de nuestra vida, es hacernos responsables y dejar el rol de víctima. Es dejar el pensamiento neurótico de impresionar y ganar la admiración de los demás ( qué inicio con nuestros padres) entender que no tienes que ganarte el derecho a SER, te lo ganaste al nacer. Es aceptar el aquí y ahora, sin juzgarnos no juzgar… fácil no es, pero es el camino hacia esa libertad es el camino hacia la felicidad.